Ubicada en el corazón del centro histórico de Cosenza, la Catedral de Cosenza, también conocida como Duomo di Cosenza, es un testimonio del rico patrimonio religioso y arquitectónico de la ciudad. Esta majestuosa estructura, formalmente llamada Catedral de Santa Maria Assunta, ha sido testigo de siglos de historia, desde sus humildes comienzos en el siglo XI hasta su reconocimiento como sitio de patrimonio de la UNESCO en 2011.
La historia de la Catedral de Cosenza comienza con una iglesia anterior que se encontraba en el mismo lugar. Construida en el siglo XI, este edificio original fue casi completamente destruido por un devastador terremoto en 1184. Poco después, comenzó la reconstrucción de la catedral, liderada por el arzobispo Luca Campano, un ex monje cisterciense y secretario del Beato Joaquín de Fiore. Para 1222, la nueva catedral estaba terminada y fue consagrada por el cardenal Nicola de' Chiaromonti, en presencia del emperador Federico II, quien obsequió a la ciudad con una preciosa Stauroteca, ahora albergada en el museo diocesano cercano.
La catedral experimentó importantes transformaciones a lo largo de los siglos. En 1748, se le añadieron elementos barrocos que, aunque le dieron una nueva capa de grandeza, ocultaron muchas de sus características originales. El siglo XIX vio más modificaciones, incluyendo una fachada neogótica. Afortunadamente, extensos esfuerzos de restauración en los siglos XIX y XX buscaron revivir la apariencia original del siglo XIII de la catedral, tanto por dentro como por fuera.
La Catedral de Cosenza cuenta con una impresionante fachada, dividida en tres secciones por cuatro pilastras. Cada sección tiene un portal, siendo el central el más grande. Sobre los portales hay tres rosetones, con el central siendo el más destacado. En la cima de la fachada se erige una cruz de hierro, simbolizando la fe duradera de la catedral. La amplia escalera que conduce a la entrada añade un toque dramático, invitando a los visitantes a ascender al espacio sagrado.
Uno de los aspectos más llamativos de la catedral es su cúpula neogótica, construida a finales del siglo XIX por el arquitecto Giuseppe Pisanti. Esta cúpula, visible desde las colinas circundantes, complementa el campanario y crea una silueta distintiva contra el horizonte del centro histórico de Cosenza.
El interior de la Catedral de Cosenza es igualmente cautivador. Diseñado en un plano de cruz latina, la nave se divide en tres pasillos por dos filas de pilares con capiteles intrincadamente tallados. El techo de armadura de madera cubre los tres pasillos, excepto la última bahía de la nave izquierda, que presenta un techo abovedado. El presbiterio, los transeptos y el ábside están elevados, añadiendo un sentido de grandeza al espacio sagrado.
Dentro del pasillo izquierdo, los visitantes encontrarán dos capillas barrocas del siglo XVII y XVIII. La primera capilla está dedicada a la Madonna del Pilerio, albergando un icono bizantino milagroso del siglo XII de la Madonna amamantando al Niño. El altar de mármol, una obra maestra del escultor napolitano Giuseppe Sammartino, añade a la belleza de la capilla. La segunda capilla, dedicada al Santísimo Sacramento, contiene el monumento funerario de los miembros de la insurrección anti-borbónica de 1844 en Cosenza. Las paredes laterales de la capilla presentan un majestuoso coro de madera, añadiendo a su solemnidad.
La Catedral de Cosenza también alberga dos mausoleos significativos: el de Enrique VII de Hohenstaufen y la Reina Isabel de Aragón. El mausoleo de Enrique VII consiste en un sarcófago del período helenístico, que representa el mito de la muerte de Meleagro en relieve. La tumba de estilo gótico de la Reina Isabel se encuentra en el transepto izquierdo, donde se la representa arrodillada junto a la Virgen en un tríptico. Aunque sus restos fueron trasladados posteriormente a la Basílica de Saint-Denis en París, el mausoleo aún tiene un gran valor histórico.
El profundo ábside de la catedral alberga un moderno altar mayor de mármol neo-románico y un notable crucifijo de madera del siglo XV de la destruida capilla de Telesio. Debajo del ábside, dentro de nichos ojivales sostenidos por columnas, se encuentran frescos policromados del siglo XIX de Domenico Morelli y Paolo Veltri, que representan la Asunción de la Virgen y los Doce Apóstoles.
La Catedral de Cosenza también cuenta con un órgano de tubos Mascioni, opus 1169, construido en 2005. Este instrumento, con su transmisión mixta mecánica y eléctrica, presenta tres teclados y un pedalero recto, y su caja de madera está adornada con torres alternadas y pequeñas fachadas aladas, añadiendo a la herencia musical de la catedral.
Recientes esfuerzos de restauración y reconsecración en el área del presbiterio han desenterrado rastros del antiguo pasado de la catedral, incluyendo restos de los períodos paleocristiano, romano y tardoantiguo. El sitio arqueológico detrás de la catedral, cerca de la Piazza Toscano, revela estructuras pre-romanas y ofrece un vistazo a la historia temprana de la ciudad. El único corredor Tragitto, suspendido sobre arcos, permitía a los obispos de Cosenza llegar directamente a la catedral desde el Palacio Arzobispal, mostrando la ingeniosidad de soluciones arquitectónicas pasadas.
En conclusión, la Catedral de Cosenza no es solo un lugar de culto; es un monumento viviente del rico patrimonio histórico y cultural de la ciudad. Sus muros cuentan historias de fe, resiliencia y logros artísticos, convirtiéndola en un destino imprescindible para cualquiera que explore la encantadora ciudad de Cosenza.
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