Villa Olmo, una exquisita villa neoclásica situada en la orilla occidental del Lago de Como, Italia, es un espléndido testimonio de la grandeza de la arquitectura del siglo XVIII. Encargada en 1780 por la familia Odescalchi, esta majestuosa villa se erige como símbolo de opulencia e importancia histórica, atrayendo a visitantes de todo el mundo.
Villa Olmo fue concebida por Innocenzo Odescalchi, un destacado miembro de la familia Odescalchi, quien imaginó un refugio de verano que reflejara la riqueza y estatus de su familia. La construcción de la villa comenzó en 1782 bajo la dirección del arquitecto Simone Cantoni, una figura renombrada en los círculos arquitectónicos milaneses. Cantoni diseñó meticulosamente la villa, incorporando elementos del estilo neoclásico que prevalecían en esa época.
El nombre de la villa, Villa Olmo, proviene de un magnífico olmo que una vez adornó la propiedad. Aunque el árbol ya no existe, el nombre perdura, evocando una sensación de elegancia atemporal y belleza natural.
Al acercarse a Villa Olmo, se es recibido por su grandiosa fachada, adornada con intrincadas esculturas y medallones. El cuerpo central de la villa se completó en 1789, con las alas laterales y dependencias siguiendo en 1797. La fachada presenta cinco medallones que representan a antiguos filósofos—Platón, Solón, Tales, Sócrates y Pitágoras—creados por el talentoso escultor Francesco Carabelli.
El interior de Villa Olmo es igualmente impresionante, con opulentas habitaciones adornadas con frescos y elaborados trabajos en estuco. El salón de baile, con sus impresionantes frescos de Domenico Pozzi, es un punto culminante, ofreciendo un vistazo al lujoso estilo de vida de los habitantes originales de la villa. La Sala delle Nozze, o Salón de Bodas, cuenta con un exquisito fresco de Andrea Appiani, que representa el matrimonio de Marte, una alegoría de la creación de la República Cisalpina por Napoleón.
Villa Olmo ha albergado a numerosos huéspedes ilustres a lo largo de su historia. En 1797, la villa fue ofrecida como residencia al General Napoleón Bonaparte y su esposa, Josefina de Beauharnais, durante su visita a Como. Aunque Napoleón eligió quedarse en otro lugar, Josefina regresó a Villa Olmo en 1805 como Emperatriz de Francia.
En 1808, la villa recibió al renombrado poeta italiano Ugo Foscolo, quien encontró inspiración dentro de sus elegantes paredes. La historia de la villa también está entrelazada con el movimiento de unificación italiana, ya que Giuseppe Garibaldi, el célebre revolucionario, se hospedó en Villa Olmo en 1859. Fue durante una recepción en la villa que Garibaldi conoció y se enamoró de Giuseppina Raimondi, lo que llevó a un breve y tumultuoso matrimonio.
Tras la muerte de Innocenzo Odescalchi en 1824, Villa Olmo pasó a manos de su sobrino nieto, Giorgio Giuseppe Raimondi. La familia Raimondi emprendió extensas renovaciones, mejorando la belleza y funcionalidad de la villa. La dársena de la villa fue rediseñada por el arquitecto Luigi Canonica, y el piazzale frente a la villa se transformó en una grandiosa entrada.
En 1883, la villa fue adquirida por el Duque Guido Visconti di Modrone, quien continuó la tradición de vida opulenta y hospitalidad. El duque encargó al arquitecto Emilio Alemagna la reconstrucción de los establos en estilo neoclásico y la mejora de los jardines de la villa. Se añadió una fuente de Gerolamo Oldofredi, junto con balcones panorámicos y un pequeño templo neoclásico. El interior también vio cambios significativos, incluyendo la creación de un teatro de 90 asientos adornado con frescos de Ernesto Fontana.
En 1924, Villa Olmo fue comprada por el Municipio de Como, marcando el comienzo de un nuevo capítulo en la historia de la villa. La villa fue sede de la Exposición Internacional en 1927, celebrando el centenario de la muerte de Alessandro Volta y mostrando avances en tecnología hidroeléctrica, telecomunicaciones y la industria de la seda.
Hoy en día, Villa Olmo sirve como un centro cultural, albergando exposiciones de arte, conferencias y eventos públicos. La impresionante arquitectura de la villa y su rica historia la convierten en un destino de visita obligada para turistas y entusiastas de la historia.
Con una extensión de casi cinco hectáreas, los jardines de Villa Olmo son un oasis verde, con 780 árboles, incluyendo especímenes monumentales como un castaño de Indias de 26 metros y un cedro del Líbano de 22.5 metros. Los jardines fueron originalmente diseñados en estilo inglés, con senderos serpenteantes, amplios céspedes y plantaciones cuidadosamente curadas.
Los jardines ofrecen un refugio tranquilo, invitando a los visitantes a pasear entre árboles antiguos y disfrutar de la serena belleza del paisaje. Entre las características notables se incluyen un par de castaños de Indias plantados en 1664 y 1716, anteriores a la propia villa, y una variedad de arbustos y matorrales que añaden encanto al jardín.
En conclusión, Villa Olmo no es solo una obra maestra arquitectónica; es un testimonio vivo de la rica historia y patrimonio cultural de Como. Sus paredes resuenan con historias de huéspedes ilustres, eventos históricos y el legado perdurable de las familias que la llamaron hogar. Una visita a Villa Olmo es un viaje inolvidable a través del tiempo, ofreciendo un vistazo a la grandeza y elegancia de una época pasada.
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