La Basílica de San Juan Bautista de Chaumont, conocida localmente como Basilique Saint-Jean-Baptiste de Chaumont, es una impresionante basílica de estilo gótico que se erige como el principal edificio religioso en el encantador pueblo de Chaumont, Francia. Con sus torres gemelas, domina el borde noroeste del plateau de Chaumont, siendo no solo un lugar de culto, sino también un notable pedazo de historia y arquitectura que atrae a visitantes de cerca y de lejos.
Los orígenes de la Basílica de San Juan Bautista de Chaumont se remontan a principios del siglo XIII. Fue construida para acomodar a una población en crecimiento y rápidamente se convirtió en un importante centro religioso gracias a numerosas donaciones, especialmente de los bailíos locales de Chaumont. El 18 de diciembre de 1474, el Papa Sixto IV elevó la iglesia al estatus de colegiata, marcando el inicio de un nuevo capítulo en su ilustre historia.
La basílica experimentó importantes renovaciones y expansiones desde 1517 hasta 1543, durante las cuales fue ricamente decorada, especialmente en el siglo XVIII. En 1948, fue designada como basílica menor, consolidando aún más su importancia en el panorama religioso y cultural de Chaumont.
La belleza arquitectónica de la Basílica de San Juan Bautista de Chaumont es un testimonio del estilo gótico que floreció durante su construcción. La fachada occidental y la nave, que datan del siglo XIII, son ejemplos destacados de este estilo. La entrada, conocida como el portal de San Juan, se encuentra en el lado sur y es típica del diseño gótico del siglo XIV. El coro y el transepto, construidos entre los siglos XV y XVI, añaden grandeza arquitectónica a la basílica.
Al entrar en la basílica, los visitantes son recibidos por una variedad de muebles y obras de arte notables. Entre las piezas más destacadas se encuentran las creadas por Jean-Baptiste Bouchardon, incluyendo el altar mayor actualmente ubicado en la Capilla del Rosario, el púlpito y el banc d'œuvre situado frente al púlpito. Estas obras de arte son un testimonio de la artesanía y la visión artística de la época.
Una de las características más intrigantes de la basílica es una escena de sepulcro del siglo XV ubicada en una capilla a la izquierda de la puerta occidental. Esta pieza fue donada por la familia d'Amboise, que eran los bailíos de Chaumont. Se cree que el techo pintado de la capilla representa a Jean IV d'Amboise y su esposa, Catherine de Saint-Belin.
Las modernas vidrieras, creadas por Calixte Poupart, añaden un toque de arte contemporáneo a la atmósfera histórica de la basílica. Además, la basílica alberga una notable escultura en alto relieve del Árbol de Jesé, que data del primer cuarto del siglo XVI. Esta obra maestra de piedra caliza mide 4,5 metros de altura y 3,2 metros de ancho en su base, representando a Jesé dormido con el árbol que lleva una docena de figuras y coronado por la Virgen y el Niño. Los detalles intrincados, como David con su arpa y la cabeza de Goliat, hacen de esta una visita obligada para los visitantes.
La Basílica de San Juan Bautista de Chaumont cuenta con dos magníficos órganos. El gran órgano, una obra maestra de Cavaillé-Coll que data de 1872, fue inaugurado por el renombrado organista parisino Charles-Marie Widor. Este órgano cuenta con 36 registros, distribuidos en tres teclados y un pedalero, alojados en una caja de estilo Luis XV que fue ampliada por Cavaillé-Coll para acomodar los registros de pedal. De 1990 a 2012, Vincent Freppel sirvió como organista, sucediendo a Annette Merer, quien ocupó el puesto de 1962 a 1982.
El órgano del coro, creado por Jaquot-Jeanpierre de Rambervillers en los Vosgos en 1891, consta de un solo teclado con siete registros y un pedalero de 27 notas sin registros independientes. La caja está diseñada en un estilo neogótico, complementando el tema arquitectónico general de la basílica.
Desde 2021, la Basílica de San Juan Bautista de Chaumont ha emprendido un extenso programa de restauración, dirigido a preservar tanto la estructura como sus tesoros culturales, como las pinturas y esculturas que alberga. Este ambicioso proyecto, con un presupuesto de 12 millones de euros, se espera que dure una década, asegurando que las futuras generaciones puedan seguir maravillándose con esta joya histórica.
En conclusión, la Basílica de San Juan Bautista de Chaumont es más que un lugar de culto; es un faro de historia, arte y cultura. Su arquitectura gótica, rica historia y notable colección de artefactos la convierten en un destino imprescindible para cualquiera que visite Chaumont. Ya seas un entusiasta de la historia, un amante del arte o simplemente un viajero curioso, la basílica ofrece una fascinante visión del pasado y un espacio sereno para la reflexión y la admiración.
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