Ubicada en el encantador pueblo de Burg en Schleswig-Holstein, Alemania, la Alte Landapotheke Burg se erige como un testimonio de la rica historia y tradición farmacéutica de la región. Fundada en 1839, esta histórica botica se ha transformado en un fascinante museo que ofrece a los visitantes una mirada al pasado con su meticulosamente preservada colección de artefactos farmacéuticos y su impresionante presencia arquitectónica.
La historia de la Alte Landapotheke comienza con el farmacéutico de Rendsburg, Friedrich Cropp, quien recibió el privilegio de establecer la farmacia por Christian VIII, el designado rey danés y duque de Holstein. Aunque Cropp emigró poco después, el privilegio pasó a August Lemmel, quien oficialmente fundó la farmacia en la víspera de Navidad de 1839. Esto marcó el inicio de un legado que vería numerosos propietarios y transformaciones a lo largo de los años.
A lo largo de su historia, la farmacia cambió de manos muchas veces, cada propietario dejando su huella única. Desde Georg August Wolf en 1844 hasta Julius Gottfried Theodor Hartz en 1857, y posteriormente Friedrich Wilhelm Georg Wöhlecke en 1910, la Alte Landapotheke fue testigo del paso del tiempo y la tradición. La farmacia continuó sirviendo a la comunidad hasta 2010, cuando su último propietario, Peter Sommer, se retiró.
Hoy, la Alte Landapotheke ha sido restaurada con esmero y transformada en un museo de botica, ubicado dentro del Ditmarsium, el museo local de patrimonio. Esta cautivadora exhibición recrea el montaje completo de una farmacia rural tradicional, mostrando la vida laboral de los farmacéuticos en los siglos XIX y principios del XX.
Los visitantes pueden explorar la Offizin, la principal área de ventas de la farmacia, donde los clientes esperaban sus remedios. La sala está amueblada con un mostrador de ventas histórico, una imponente caja registradora y estantes llenos de botellas de vidrio marrón y tarros de porcelana, todos diseñados para proteger los medicamentos de la luz. Adyacente a esta se encuentra la Rezeptur, donde los farmacéuticos preparaban recetas usando herramientas como balanzas, pesas y morteros.
El museo también cuenta con una Defektur, donde se producían mayores cantidades de medicamentos para el stock, utilizando equipos como grandes recipientes de almacenamiento y dispositivos de laboratorio galénico. El Büro, u oficina, muestra un escritorio inglés, una máquina de escribir y documentos históricos, ofreciendo una visión del lado administrativo del negocio farmacéutico.
Una de las áreas más intrigantes es la Giftkammer, o sala de venenos, donde se almacenaban de manera segura sustancias tóxicas en un gabinete negro etiquetado como Venena. Esta sala resalta las estrictas regulaciones y cuidados involucrados en el manejo de materiales peligrosos, categorizados bajo Alkaloida, Mercurialia y Arsenicalia.
En la Kräuter- / Materialkammer, los visitantes pueden ver donde se almacenaban hierbas y materias primas, con contenedores de porcelana y vidrio marrón alineando los estantes. La Stoßkammer, históricamente ubicada en un granero separado, muestra hierbas secándose y los pesados morteros utilizados para triturarlas, una tarea a menudo realizada por asistentes debido a sus demandas físicas.
El Laboratorio del museo exhibe un horno calentado con carbón y un aparato de destilación utilizado para la destilación de agua, filtración y la preparación de ungüentos. Esta colección se enriquece con equipo de laboratorio de otras farmacias, añadiendo profundidad a la narrativa histórica.
Aunque el jardín original de la botica ya no existe, un nuevo jardín de hierbas ha sido diseñado y plantado cuidadosamente por los operadores del Ditmarsium. Con más de 100 diferentes hierbas medicinales, el jardín está organizado por usos de la medicina popular tradicional, con etiquetas informativas en pequeñas botellas de botica. Las visitas guiadas ofrecen más información sobre las propiedades curativas de estas plantas.
En conclusión, la Alte Landapotheke Burg es más que un museo; es un viaje a través del tiempo, ofreciendo una perspectiva única sobre la evolución de la farmacia y la vida diaria de quienes practicaban este oficio esencial. Ya sea que seas un entusiasta de la historia o simplemente curioso, una visita a este encantador museo de botica es un encantador paso atrás en una era pasada, enclavado en el pintoresco entorno de Burg, Schleswig-Holstein.
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