La Catedral de San Juan Evangelista, comúnmente conocida como la Catedral de San Juan, se erige majestuosa en Boise, Idaho, como un faro de fe, historia y esplendor arquitectónico. Este imponente edificio, que sirve como la sede de la Diócesis de Boise, no solo es un lugar de culto, sino también un monumento histórico, habiendo sido incluido en el Registro Nacional de Lugares Históricos desde 1978. Su historia es una de resiliencia, belleza y dedicación comunitaria.
Los orígenes del culto católico en Boise se remontan a la Nochebuena de 1870, con la dedicación de la primera iglesia católica en la ciudad. Desafortunadamente, esta estructura inicial sucumbió a un incendio solo 18 días después. Sin desanimarse, la comunidad católica construyó otra estructura que sirvió como la catedral para el Vicariato Apostólico de Idaho y más tarde para la Diócesis de Boise, establecida en 1893. A medida que Boise crecía, también lo hacía la necesidad de una catedral más grande. El Obispo Alphonse Glorieux lideró la adquisición de una nueva propiedad, y en 1906 se colocó la piedra angular de la catedral actual.
La construcción de la Catedral de San Juan fue un esfuerzo escalonado para mitigar la carga financiera sobre la parroquia. Se completó primero el nivel inferior, permitiendo a la parroquia adorar allí mientras el resto del edificio tomaba forma. Para 1912, las paredes y el techo estaban en su lugar, y la catedral se completó finalmente en 1921, con la dedicación del Obispo Daniel Gorman el Domingo de Pascua de ese año. La rectoría, una estructura de estilo Tudor completada en 1906, y la Escuela de San José, construida en 1925, son partes integrales del complejo histórico de la catedral.
Diseñada por la prestigiosa firma de arquitectura Tourtellotte & Hummel, la Catedral de San Juan es un impresionante ejemplo de la arquitectura románica renacentista. El diseño se inspira en la Catedral de Maguncia en Alemania y la Basílica de Saint-Sernin en Toulouse, Francia. El exterior, construido con piedra arenisca de Boise extraída de Table Rock, exuda una elegancia atemporal. La forma cruciforme del edificio mide 170 pies de longitud, 95 pies a lo largo de los transeptos y 65 pies en la nave.
Aunque el diseño original incluía dos torres coronadas con agujas, estas permanecen incompletas. No obstante, la fachada de la catedral está adornada con una hermosa ventana de rosetón y una estatua de San Juan Evangelista. Corbelas rodean el edificio en la línea del techo, y una flecha se eleva sobre el cruce, añadiendo al encanto arquitectónico.
En el interior, la catedral es un festín visual. Las ventanas de vidrieras, diseñadas e instaladas por la compañía John J. Kinsella de Chicago en 1920, representan escenas de la vida de Cristo y varios santos. Las ventanas de la nave ilustran la vida de Cristo, mientras que el transepto norte presenta la Adoración de los Magos, flanqueada por San Alfonso Ligorio y Santa Teresa de Ávila. El transepto sur muestra la Ascensión, con San Patricio y Santa Rita a cada lado. Las ventanas del santuario honran a San José y la Santísima Virgen María, y las ventanas del ábside representan el Sagrado Corazón de Jesús, el Inmaculado Corazón de María y los Cuatro Evangelistas. Una adición notable es la ventana que retrata al Espíritu Santo, instalada en 1979.
El patrimonio musical de la catedral es igualmente impresionante. El órgano de tres manuales y 2900 tubos, instalado por Tellers-Kent en 1921, ha sido una piedra angular de la música litúrgica de la catedral. Frederick Fleming Beale, un compositor y profesor de música en el Colegio de Idaho, sirvió como organista y director del coro, enriqueciendo la experiencia de adoración con su talento musical.
La Catedral de San Juan ha pasado por varias restauraciones y remodelaciones para preservar su belleza y funcionalidad. Una limpieza importante en 1952 fue seguida por una remodelación significativa en 1960, dirigida por Charles Hummel Jr., el nieto del arquitecto original. Hummel Jr. se centró en restaurar las vidrieras, crear más asientos, renovar los diseños interiores e introducir luminarias modernas que complementaran la estética clásica de la catedral.
En 1979, los esfuerzos de restauración incluyeron exponer la piedra debajo de las paredes de yeso en la capilla del piso inferior y mejorar el salón de recepciones. La pila bautismal fue rediseñada como una piscina, y la antigua pila se reutilizó como un ambón para los santos óleos. Se creó un altar de reserva para el tabernáculo en el transepto sur, utilizando el dosel del antiguo altar mayor. Estos esfuerzos le valieron a la Catedral de San Juan un Premio Orquídea del Consejo de Preservación Histórica de Idaho en 1981 por el trabajo de restauración sobresaliente.
Hoy en día, la Catedral de San Juan Evangelista se erige como un testimonio de la fe duradera y la dedicación de la comunidad católica de Boise. Es un lugar donde la historia, la arquitectura y la espiritualidad convergen, ofreciendo a los visitantes un profundo sentido de conexión con el pasado e inspiración para el futuro. Ya sea que seas un entusiasta de la historia, un aficionado a la arquitectura o un buscador espiritual, la Catedral de San Juan te invita a explorar su rica herencia y experimentar su belleza atemporal.
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