El Neues Schloss Bayreuth, situado en la encantadora ciudad de Bayreuth en la Alta Franconia, Baviera, es un magnífico ejemplo de la arquitectura rococó del siglo XVIII. Este antiguo palacio residencial, lleno de historia y detalles intrincados, ofrece un fascinante viaje al pasado, convirtiéndolo en un destino imprescindible tanto para los entusiastas de la historia como para los turistas casuales.
La historia del Neues Schloss Bayreuth comienza en 1753 cuando un devastador incendio destruyó la residencia anterior, conocida como el Palacio Viejo. Bajo el reinado del Margrave Federico III y su esposa, Guillermina de Prusia, se inició la construcción del nuevo palacio. A pesar de las limitaciones financieras y la urgencia del proyecto, el arquitecto de la corte Joseph Saint-Pierre fue encargado de crear una nueva y magnífica residencia. El palacio se completó en 1758, el mismo año en que falleció Guillermina.
La ubicación del Neues Schloss fue estratégicamente elegida cerca del Hofgarten, un hermoso jardín de la corte. Esta elección, sin embargo, presentó el desafío de incorporar edificios existentes, incluida la inacabada Iglesia Reformada. El ala central del palacio, que cuenta con la gran entrada, la escalera y el salón de baile, se integró ingeniosamente en la estructura de esta iglesia, resultando en algunas peculiaridades arquitectónicas visibles desde el jardín.
Al entrar en el Neues Schloss, te reciben una serie de salas de gran importancia histórica y decoraciones exquisitas. El interior del palacio es un testimonio de la influencia de Guillermina y su gusto por romper la estricta disposición jerárquica de los apartamentos de la corte. Esto es particularmente evidente en el ala norte, donde las habitaciones están agrupadas de una manera aparentemente aleatoria pero encantadora.
Las salas de estado se han conservado en su esplendor original, con intrincados trabajos de estuco, revestimientos de paredes, suelos de parqué y puertas. Algunos de los muebles y pinturas son originales, mientras que otros se añadieron posteriormente. Uno de los puntos destacados es el espléndido salón de baile, adornado con fino estuco dorado y una majestuosa estructura de pilastras, que ofrece un vistazo a la grandeza de los eventos reales del pasado.
Entre las muchas salas fascinantes del palacio, destaca la Sala de las Palmas. Esta sala, posiblemente utilizada como lugar de reunión para los masones, presenta un diseño único que cautiva a los visitantes. El Gabinete de Espejos es otro espacio intrigante, donde en lugar de espejos simétricos, fragmentos de espejos de formas irregulares adornan el techo y las paredes, creando un efecto deslumbrante.
Las Salas de Enrejado son un deleite visual, con paredes que dan la impresión de un enrejado adornado con plantas de estuco altamente naturalistas. La Sala de Música, decorada con retratos de actores, cantantes y músicos que actuaron en la corte, ofrece un vistazo a la vida cultural de la época.
En 1759, se construyó el Edificio Italiano al sur del palacio principal para la segunda esposa del Margrave Federico, Sofía Carolina María de Brunswick-Wolfenbüttel. Inicialmente una estructura separada, luego se conectó al palacio principal por un ala discretamente prominente diseñada por el joven arquitecto Carl von Gontard. El interior del Edificio Italiano, diseñado por Giovanni Battista Pedrozzi, presenta formas magníficas que se desbordan hacia las paredes exteriores, añadiendo al encanto del palacio.
Junto al palacio principal, al otro lado del Glasenappweg, se encuentra el antiguo edificio de la cocina. Esta estructura independiente de dos pisos con techo a cuatro aguas ha tenido varios usos a lo largo de los años, incluyendo servir como escuela superior de niñas y escuela auxiliar municipal. Hoy en día, alberga una galería comercial que conduce a la calle Richard-Wagner.
Además, la Casa de la Comedia, construida simultáneamente con el Neues Schloss, una vez estuvo cerca del palacio. Aunque finalmente fue demolida debido a riesgos de incendio, su fachada de piedra permanece, añadiendo al tapiz histórico de la zona.
A lo largo de los años, el Neues Schloss Bayreuth ha acogido a varias figuras notables. En 1792, Federico Guillermo II de Prusia, nombrado gobernador general de Ansbach-Bayreuth, residió en el palacio con su familia. El futuro duque de Württemberg, Heinrich von Gagern, nació en el ala norte en 1799. El palacio también proporcionó refugio a la familia real bávara durante la ocupación francesa de Múnich en 1800.
Una de las historias más intrigantes asociadas con el Neues Schloss es la estancia nocturna de Napoleón Bonaparte en mayo de 1812. La leyenda dice que fue atormentado por el fantasma de la Dama Blanca de Himmelkron, lo que le llevó a exclamar, ¡Ce maudit château! (¡Este maldito castillo!). El evento fue inmortalizado más tarde en la novela Effi Briest de Theodor Fontane.
Hoy en día, el Neues Schloss Bayreuth alberga varios museos y exposiciones. Las Salas de Estado del Margraviato ofrecen un vistazo al opulento estilo de vida del pasado. La planta baja del ala sur alberga una galería con 80 obras de pintura holandesa y alemana de finales del siglo XVII y XVIII, incluyendo piezas del pintor de la corte Peter Jakob Horemans.
El Edificio Italiano alberga el Museo Arqueológico de la Asociación Histórica de la Alta Franconia, así como la colección Miniatures Galant y el museo Bayreuth de Guillermina. También se exhibe la Colección de Fayenza de Bayreuth, proporcionando a los visitantes una vista completa del rico patrimonio artístico de la región.
En conclusión, el Neues Schloss Bayreuth no es solo un monumento histórico; es un testimonio vivo de los logros artísticos y culturales del siglo XVIII. Sus paredes resuenan con historias del pasado, ofreciendo a los visitantes una oportunidad única de retroceder en el tiempo y experimentar la grandeza de una era pasada. Ya sea que seas un amante de la historia o simplemente busques un lugar hermoso para explorar, el Neues Schloss Bayreuth promete una experiencia inolvidable.
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