Ubicado en la cima de Thomas Hill en Bangor, Maine, el Thomas Hill Standpipe es un ejemplo tanto de ingeniería histórica como de belleza arquitectónica. Este tanque de hierro forjado remachado de 50 pies de altura y 75 pies de diámetro, envuelto en una estructura de madera, no solo es una parte crucial del sistema de agua de Bangor, sino también un querido monumento de la ciudad. Construido en 1897, esta imponente estructura ha sido un guardián silencioso sobre la ciudad, asegurando un suministro y presión de agua estables, además de servir como un depósito de emergencia.
Los orígenes del Thomas Hill Standpipe se remontan a una época de necesidad e innovación. En 1895, se descubrió un problema crítico en la estación de bombeo de la ciudad: equipos defectuosos que representaban un riesgo significativo de escasez de agua. Para abordar esto, la ciudad encargó la construcción del standpipe, diseñado por Ashley B. Tower de Holyoke, Massachusetts. La empresa New Jersey Steel and Iron Co. ensambló el enorme tanque de acero, que luego fue colocado en Thomas Hill, un terreno previamente propiedad de los hermanos James y Charles Thomas.
Las especificaciones de construcción eran únicas para su época, permitiendo al arquitecto ajustar los costos de mano de obra y materiales sin anular el contrato. El proyecto, que costó $295,109.36, se completó en 1897, y el standpipe ha estado en uso continuo desde entonces. Inicialmente pintado de gris oscuro con pilares y celosías blancas, el standpipe sufrió un cambio significativo durante la Segunda Guerra Mundial cuando fue pintado de verde oliva para camuflarlo debido a su proximidad al aeródromo militar Dow. Fue repintado de blanco en 1949.
El standpipe solía estar abierto al público, pero un trágico accidente en 1940, donde un niño de 12 años cayó desde las vigas bajo la escalera, llevó a su cierre durante la guerra. En 1957, el Distrito de Agua de Bangor asumió la propiedad, y en años recientes, se añadieron un sistema de detección de incendios y un sistema de rociadores secos para proteger esta estructura histórica.
El Thomas Hill Standpipe es una maravilla de la ingeniería, esencialmente dos estructuras en una. El standpipe interior está compuesto de placas de acero remachadas entre sí, mientras que el edificio exterior, que lo encierra, tiene 85 pies de diámetro y 110 pies de altura. Los 24 postes principales, hechos de pino duro, se extienden más allá de la plataforma de observación y miden 12x12 pulgadas, cada uno con una longitud de 48 pies. Toda la estructura está sostenida por una base de piedra de 9 pies de altura y 3.5 pies de grosor en la base, con un umbral de pino de 14 pulgadas de grosor sobre ella.
En el interior, una escalera de caracol a lo largo de la pared interior conduce a la plataforma del paseo, que rodea la parte superior del edificio. Esta plataforma, de 12 pies de ancho y 280 pies de circunferencia, ofrece vistas impresionantes del área circundante. El exterior del edificio está revestido con tejas de madera, y una línea de ventanas, rematadas por capuchas en el estilo arquitectónico Shingle, ilumina las escaleras interiores. La construcción de la parte de madera de la estructura requirió 42,000 pies de pino duro y 22,000 tejas de cedro. James M. Davis de Bangor, quien había construido recientemente el auditorio original de Bangor en solo 22 días, supervisó la construcción, que tomó alrededor de seis meses en completarse. El standpipe se llenó de agua a partir de junio de 1898.
Para aquellos ansiosos por explorar este hito histórico, el Thomas Hill Standpipe abre su plataforma del paseo a los visitantes cuatro veces al año. Esta es una oportunidad rara no solo para aprender sobre la historia y la importancia del standpipe, sino también para disfrutar de las vistas panorámicas que ofrece desde su posición elevada.
A medida que asciendes por la escalera de caracol, puedes sentir el peso de la historia en cada paso. La artesanía de la estructura de madera, las placas de acero remachadas del tanque y la ingeniosidad del diseño se combinan para crear una experiencia tanto educativa como impresionante. La vista desde la cima es simplemente espectacular, ofreciendo una perspectiva única de Bangor y sus alrededores.
El Thomas Hill Standpipe no es solo una pieza funcional de infraestructura; es un símbolo apreciado de la historia y la resiliencia de Bangor. En 1974, fue incluido en el Registro Nacional de Lugares Históricos, y en 1980, fue designado como un Monumento al Agua Americano por la Asociación Americana de Obras Hidráulicas. Un reconocimiento adicional llegó en 2008 cuando fue designado como un Monumento Histórico de Ingeniería Civil de Maine por la Sociedad Americana de Ingenieros Civiles.
Situado a 225 pies sobre el nivel del mar, el Thomas Hill Standpipe es un faro de excelencia en ingeniería y significancia histórica. Continúa desempeñando un papel vital en el sistema de agua de Bangor, al mismo tiempo que sirve como un recordatorio de la rica historia de la ciudad y el espíritu innovador de su gente.
En conclusión, el Thomas Hill Standpipe es más que un tanque de agua; es una parte del patrimonio de Bangor. Su presencia imponente y su importancia histórica lo convierten en una visita obligada para cualquiera interesado en la ingeniería, la arquitectura o la historia de esta encantadora ciudad de Maine. Ya seas un residente local o un visitante, un viaje al standpipe ofrece una visión única del pasado y una vista impresionante del presente.
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