La Basílica de San Pedro y San Alejandro, conocida localmente como St. Peter und Alexander, es la iglesia más antigua de Aschaffenburg, Baviera, Alemania. Este majestuoso edificio, con su rica historia y impresionantes características arquitectónicas, es una visita obligada para cualquiera que explore la región. Situada en una colina, la basílica domina la ciudad, ofreciendo una vista serena y majestuosa que invita a los visitantes a descubrir su pasado lleno de historias y sus tesoros artísticos.
Los orígenes de la Basílica de San Pedro y San Alejandro se remontan al siglo X. Fue iniciada por el Duque Liudolf de Suabia y su esposa Ida de Suabia, probablemente entre 947 y 957. La iglesia se construyó sobre el sitio de un edificio carolingio rectangular. La estructura principal de la basílica se edificó en estilo románico, con adiciones posteriores en el período gótico temprano. A lo largo de los siglos, la iglesia ha sido un importante referente religioso y cultural, reflejando los estilos arquitectónicos cambiantes y los desarrollos históricos de la región.
En 974, la fundación colegiada de San Pedro y San Alejandro fue establecida por Otto, Duque de Suabia, hijo de Liudolf e Ida. Este evento marcó el inicio de la prominencia de la basílica como un centro religioso. En 982, Aschaffenburg, junto con la fundación colegiada, fue legada al Arzobispo de Maguncia, Willigis, por el Duque Otto. Esta transferencia aumentó significativamente el estatus y la influencia de la iglesia, convirtiéndola en una institución eclesiástica central en la región.
La basílica experimentó varias fases de expansión y mejora a lo largo de los siglos. Notablemente, en los siglos XII y XIII, se llevaron a cabo importantes proyectos de construcción, resultando en los elementos románicos y góticos que definen la arquitectura de la iglesia hoy en día. La fundación colegiada creció en riqueza e influencia, convirtiéndose en el mayor terrateniente en Aschaffenburg para el siglo XIV. A pesar de los desafíos, incluyendo una revuelta de los ciudadanos de la ciudad en 1304, la fundación mantuvo sus privilegios y continuó prosperando.
Durante la Reforma, el Arzobispo Albrecht de Brandeburgo trasladó su residencia a Aschaffenburg, haciendo temporalmente de la basílica parte de la sede episcopal. La fundación colegiada fue disuelta en 1802 tras la secularización de las propiedades eclesiásticas. Sin embargo, la basílica continuó sirviendo como iglesia parroquial y fue elevada a basílica menor por el Papa Pío XII en 1958.
La Basílica de San Pedro y San Alejandro es un testimonio de la destreza arquitectónica de sus constructores. El diseño de la iglesia incorpora elementos de varios períodos, creando una armoniosa mezcla de estilos. El núcleo románico, con sus robustos pilares y arcos, se complementa con adiciones góticas, incluyendo la impresionante torre en la esquina suroeste de la nave. Esta torre, construida entre 1340 y 1420, presenta una sección superior octogonal y una plataforma con una balaustrada de tracería, coronada con intrincados gabletes y pináculos.
Al acercarse a la basílica desde el norte, los visitantes son recibidos por una monumental escalera doble barroca, construida en el siglo XVII. Esta grandiosa entrada está flanqueada por estatuas de los santos patronos de la iglesia, Pedro y Alejandro, esculpidas en 1723. Un grupo de crucifixión de Antonius Wermerskirch, que data de 1699, añade un toque dramático a la entrada.
La fachada oeste de la basílica está adornada con un gablete neogótico, diseñado por Georg Eberlein en 1870. Sobre la entrada principal, un tímpano representa a Cristo como el gobernante del mundo, flanqueado por los santos patronos. En el interior, la nave de la basílica presenta columnas románicas tardías, que se cree que fueron reutilizadas del predecesor del Castillo de Johannisburg. Estas columnas soportan la galería del órgano, añadiendo al majestuoso interior de la iglesia.
La Basílica de San Pedro y San Alejandro es conocida por su rica colección de obras de arte y artefactos religiosos. Una de las piezas más significativas es la Cruz del Triunfo de Aschaffenburg, un crucifijo de tamaño natural del siglo X. Esta obra maestra, donada por la Abadesa Matilde de Essen y el Arzobispo Willigis de Maguncia, conmemora al hermano de Matilde, Otto de Suabia. La cruz, con su serena representación de Cristo, simboliza el triunfo sobre la muerte y es un punto focal del interior de la basílica.
Otra obra de arte notable es el púlpito barroco temprano, elaborado por Hans Juncker en 1602. El púlpito presenta estatuas de Cristo Salvador y los cuatro evangelistas, junto con relieves que representan escenas del Antiguo Testamento que prefiguran el Nuevo Testamento. Esta exquisita pieza de artesanía ofrece una visión del patrimonio artístico de la región.
El complejo de la basílica incluye un claustro con 64 capiteles, construido entre 1240 y 1245. Este claustro, que una vez fue el corazón espiritual de la fundación colegiada, ahora forma parte del Stiftsmuseum, que alberga muchos de los tesoros de la basílica. El museo ofrece a los visitantes la oportunidad de profundizar en la historia y el arte de la basílica, con exhibiciones que van desde manuscritos medievales hasta objetos litúrgicos.
La ubicación de la basílica en una colina proporciona impresionantes vistas del horizonte de Aschaffenburg. Los visitantes pueden disfrutar de un paseo tranquilo alrededor de los terrenos de la iglesia, apreciando la atmósfera serena y la belleza de la arquitectura circundante. La Fuente de los Peregrinos en el Stiftsplatz es una réplica de la fuente original de 1882, añadiendo al encanto del área.
En conclusión, la Basílica de San Pedro y San Alejandro es una joya de Aschaffenburg, ofreciendo un rico tapiz de historia, arte y arquitectura. Su pasado lleno de historia, combinado con su impresionante diseño y tesoros artísticos, la convierte en un destino imprescindible para cualquiera que explore Baviera. Ya sea que seas un entusiasta de la historia, un amante del arte o simplemente busques un retiro pacífico, la basílica promete una experiencia inolvidable.
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