Bath, una ciudad famosa por su arquitectura georgiana y sus baños romanos, tiene otra joya arquitectónica que todo viajero debe visitar: el Puente Pulteney. Esta impresionante estructura, finalizada en 1774, cruza el río Avon y conecta la ciudad con las tierras de la familia Pulteney. Diseñado por el célebre arquitecto Robert Adam, el puente es uno de los cuatro en el mundo que tiene tiendas a lo largo de toda su extensión en ambos lados, lo que lo convierte en una vista rara y encantadora.
La historia del Puente Pulteney comienza con Frances Pulteney, quien heredó una considerable fortuna y propiedades cerca de Bath. Su esposo, William Johnstone, un adinerado abogado escocés y miembro del Parlamento, imaginó desarrollar la finca de Bathwick en una nueva ciudad. Sin embargo, para realizar esta visión, era esencial un cruce de río más eficiente. El puente fue nombrado en honor a Frances Pulteney y fue diseñado para ser tanto funcional como estéticamente atractivo.
El diseño de Robert Adam se inspiró en el Ponte Vecchio de Florencia y el Puente de Rialto en Venecia, ambos admirados probablemente durante sus viajes. Inicialmente, el constructor local Thomas Paty proporcionó una estimación para la construcción del puente, pero fue el elegante diseño palladiano de Adam el que finalmente se llevó a cabo. La construcción comenzó en 1769 y concluyó en 1774, con un costo aproximado de £11,000.
El Puente Pulteney es un exquisito ejemplo de arquitectura palladiana, caracterizado por su diseño simétrico y elementos clásicos. La fachada sur del puente, que da a la ciudad, es particularmente impresionante. Presenta un vano central en forma de templo con un frontón roto sostenido por pilastras dóricas. Este vano central está flanqueado por vanos más pequeños con frontones puntiagudos, realzando la grandeza del puente.
El puente está construido de piedra caliza y abarca tres arcos segmentales, cada uno de igual anchura. Las tiendas en el lado norte del puente tienen extensiones en voladizo, creando una apariencia asimétrica que contrasta con la fachada sur más uniforme. El techo es inclinado y cubierto con pizarra galesa, añadiendo al encanto atemporal del puente.
A pesar de su belleza inicial, el Puente Pulteney ha sufrido varias alteraciones y restauraciones a lo largo de los siglos. Dentro de los 20 años de su finalización, el puente fue ensanchado y las dieciséis tiendas originales se convirtieron en seis más grandes. Las inundaciones en 1799 y 1800 causaron daños significativos en el lado norte del puente, requiriendo reparaciones extensas. El notable ingeniero Thomas Telford incluso sugirió reemplazar el puente con una estructura de hierro fundido de un solo vano, pero esta idea fue finalmente rechazada.
En el siglo XIX, los comerciantes realizaron varios cambios en sus locales, incluyendo la adición de voladizos y la pintura de anuncios en el exterior del puente. Estas alteraciones afectaron la apariencia del puente, pero en el siglo XX se hicieron esfuerzos para restaurar su fachada original. El puente fue designado como monumento antiguo en 1936, y se completaron trabajos de restauración adicionales a tiempo para el Festival de Gran Bretaña en 1951. Hoy en día, el Puente Pulteney es un edificio catalogado de Grado I, reconocido por su importancia histórica y arquitectónica.
Visitar el Puente Pulteney es una experiencia encantadora para cualquier viajero. Al pasear por el puente, encontrarás una variedad de tiendas encantadoras, boutiques y cafeterías a ambos lados. Estos establecimientos ofrecen desde regalos y souvenirs únicos hasta deliciosos manjares, haciendo del puente un destino vibrante y bullicioso.
Una de las mejores formas de apreciar la belleza del puente es dando un paseo tranquilo a lo largo del río Avon. Desde la orilla del río, puedes admirar los elegantes arcos del puente y el pintoresco aliviadero debajo. La combinación de la arquitectura clásica del puente y el sereno entorno del río crea una escena perfecta para una postal que seguramente dejará una impresión duradera.
El Puente Pulteney es más que un simple cruce funcional; es un símbolo del rico patrimonio y esplendor arquitectónico de Bath. Su diseño único y su importancia histórica lo convierten en una atracción imprescindible para cualquiera que visite la ciudad. Al explorar el puente y sus alrededores, serás transportado a una época de elegancia y grandeza, donde cada detalle fue elaborado con cuidado y precisión.
En conclusión, el Puente Pulteney es una verdadera joya en el corazón de Bath. Su combinación de importancia histórica, belleza arquitectónica y ambiente vibrante lo convierte en un destino cautivador tanto para turistas como para locales. Ya sea admirando el puente desde la orilla del río, recorriendo sus encantadoras tiendas o simplemente disfrutando de la vista, el Puente Pulteney seguramente te encantará e inspirará.
¡Compre sus entradas ahora!
¡Con myCityHunt descubre miles de ciudades de todo el mundo en emocionantes gymkanas, búsquedas del tesoro y juegos de escape!
¡Los vales de myCityHunt son el regalo perfecto para cualquier ocasión! ¡Sorprende a tus amigos y a la familia con este extraordinario regalo! Los vales de myCityHunt tienen una validez de 2 años a partir de la fecha de compra y pueden ser utilizados dentro de este período para una ciudad y un tour de libre elección del portafolio de myCityHunt.
Cupones de regalo